El misterio de la masonería (1912)
De José María Caro Rodríguez - Cardenal Arzobispo Santiago De Chile
El Cardenal Caro sintetizó las fuentes más autorizadas de información disponibles en su tiempo (Copin-Albancelli, Benoît, Segur, Serra y Caussa, Webster, Jouin, Wichtl.). La demostración no es nueva, pero siempre de interés existencial para los católicos, porque desenmascara la Masonería como el brazo moderno del Misterio de la Iniquidad: “el engaño universal con que conquista y conserva sus adeptos, hasta penetrarlos profunda, y a veces furiosamente, de sus verdaderos ideales de demolición del orden cristiano y del destierro del mismo nombre de Cristo, o aún del de Dios.”.
En ella se regeneró el antiguo ocultismo luciferino (Gnosis), de entronque indo-germano, con sus grados iniciáticos estrictamente jerárquicos, y se hizo virulento y dominante por medio del poder financiero de los secuaces modernos del fariseísmo, cuya sola doctrina exotérica fue y es teísta (Talmud), siendo panteísta la esotérica (Cábala). El prólogo de la segunda edición, corregida y ampliada con respecto a la primera (1923), sugiere con exceso de credulidad que en ella “hay personas serias y sinceras que no conocen ni sus fines ni sus obras y que no obran bajo la influencia del espíritu o de las doctrinas masónicas”. Sin embargo, el estudio del propio ritual de aprendiz (pese a sus variantes) demuestra que aún el primer grado de iniciación supone una apostasía explícita (cf. 30.). Entonces, habrá que concluir que o esas personas no son serias o no son sinceras. Tertium non datur. http://www.libreria-flandria.com/catalogo/libros/28-el-misterio-de-la-masoneria.html
En ella se regeneró el antiguo ocultismo luciferino (Gnosis), de entronque indo-germano, con sus grados iniciáticos estrictamente jerárquicos, y se hizo virulento y dominante por medio del poder financiero de los secuaces modernos del fariseísmo, cuya sola doctrina exotérica fue y es teísta (Talmud), siendo panteísta la esotérica (Cábala). El prólogo de la segunda edición, corregida y ampliada con respecto a la primera (1923), sugiere con exceso de credulidad que en ella “hay personas serias y sinceras que no conocen ni sus fines ni sus obras y que no obran bajo la influencia del espíritu o de las doctrinas masónicas”. Sin embargo, el estudio del propio ritual de aprendiz (pese a sus variantes) demuestra que aún el primer grado de iniciación supone una apostasía explícita (cf. 30.). Entonces, habrá que concluir que o esas personas no son serias o no son sinceras. Tertium non datur. http://www.libreria-flandria.com/catalogo/libros/28-el-misterio-de-la-masoneria.html
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